- Esperá, esperá, sos vos... Sí sos Ella!
Morena se frenó, en parte para intentar reconocerlo y en parte porque la tenía agarrada del brazo. El movimiento de las luces no la dejaba ver con claridad y el amontonamiento de la gente la tenía fastidiada.
- Vos quién sos?. Le contestó sin sonreir
- Me llamo Agustín - Explicó mientras la agarraba con seguridad por la cintura, reduciendo la distancia que había entre ellos- ¿No me conocés? Vos sos Ella!! No sé tu nombre, pero sos Ella. ¿No lo estás sintiendo?
Morena despegó la mano de su cintura con asco, dio un paso para atrás, pero siguió con la conversación.
- Ahhh... ¿Qué tengo que sentir? Morena me llamo y no se quién sos, capaz nos cruzamos alguna vez. Decime de dónde me conocés.
- Desde siempre te conozco! Sos Ella!! ¿Sabés todo lo que te busqué? - Ahora la tomaba de la mano - Vos no sentís la magia?
- ¡AY! No te puedo creer, con mariposas en la panza y todo! - exageró la burla. El lugar estaba lleno, y todo el tiempo había alguien que empujaba. Sin embargo, él se las arreglaba para mantener sus ojos clavados en los suyos.
- En serio te estoy diciendo. -Simuló que se ofendía mientras se mordía los labios, aunque no dejaba de mirarla con ternura - ¿Qué tengo que hacer para que me creas?
- Nada, no hagas nada...No te voy a creer. ¿Qué querés que te diga, que sos El y salte a tus brazos?
- Es que sos Ella, y lo sé, querés que me arrodille para que veas que digo la verdad?
Morena lo frenó cuando ya estaba cerca del suelo.
- No te arrodilles, no tiene nada que ver, además el piso esta muy sucio. Ya fué, querés que sea Ella?-curioseó divertida.- O.K. Soy Ella, listo? Ahora sigo yéndome para allá.
Agustín tomó su mano con más firmeza: - Es que no entendés! - seguía mordiéndose el labio - Sos Ella! No te podés ir, hace mucho que te busco.
- Sí, sí...Me imagino. Seguro ya no te acordás ni de mi nombre. Basta con eso de los pajaritos de colores, daaale! no me mientas. Esto es un boliche y no hay chance de que te crea. Esas cosas no pasan, y no van a pasar justo acá.
Sin dejar de mirarla con ternura insistió: Sí, Morena te llamás, pero no importa tu nombre porque sos Ella. Hace un montón que te busco, me tenés que creer. ¿Cómo no me vas a creer?
- More, nos vamos, perdemos el cole sino... Venís? - Interrumpió una desconocida que cumplía el rol de amiga. Ella asintió con la cabeza y volvió a la conversación anterior.
- Bueno... Él - cortó la fantasía Morena - Me voy. Me están esperando y no tengo carroza para volver a casa, sabés?
- Cómo que te vas?! no te podés ir, por favor - Agustín casi se le pegó - Sos Ella. Dame un beso, así vas a darte cuenta de que no miento. Los besos no se pueden mentir.
- Ja! mirá vos...Bueno yo tengo otra idea. Si realmente vos sos Él y yo soy esta famosa Ella nos vamos a volver a cruzar, pero ahora yo te voy a reconocer.
- Es que no entendés, mañana me voy, yo vivo en Córdoba. Si no te doy un beso ahora y me sentís y descubrís que no te estoy mientiendo, cuando vuelva a verte ya no te vas a aordar de mí y probablemente sea tarde. ¿Tanto te cuesta darme un beso? ¿En serio no te das cuenta de que sos Ella?
- Mirá... Me voy, me están esperando. Será que no somos...
- Un beso, nada más. No entiendo qué podés perder. ¿No vale la pena intentarlo?
Morena cerró los ojos y terminó con los centímetros que los separaban, lo besó. Unos segundos después se separó.
- Me voy, chau!
- Sos Ella- Le dijo Agustín con una sonrisa mientras sentía cómo la punta de sus dedos dejaban de tocarse con los de Ella.
Mientras esperaba en silencio el próximmo colectivo, Morena se preguntaba si lo volvería a ver. Estaba casi segura de que él no era Él y ella no era Ella. Pero entonces... ¿Por qué lo había besado? Tan débil era a los chicos de ojos verdes?, que se dejaba llevar por cualquier cararrota... Tan poco valían sus besos?, que los entregaba sin mayor discusión a cualquier desconocido... O es que de alguna manera esperaba ser Ella, aunque más no fuera por un ratito? Dá igual, pensó, un paréntesis a la vida nunca viene nada mal.
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